jueves, 20 de abril de 2017

"Rectificar es de sabios"


 En el mundo de la escritura, y en todos los mundos humanos en general, es más fácil ver la paja en el ojo ajeno que la viga en el propio. En este sentido, como humilde observadora del comportamiento de algunos de mis semejantes y del de mi persona en los casos en que este dicho se invierte y el ojo ajeno pasa a tener el cuerpo extraño de mayor tamaño, he podido comprobar que pueden darse dos tipos de reacciones. 

  Una de ellas desemboca, en mayor o menor grado, en agravio. Puede, incluso, llegar a producir desprendimientos en la retina del ego criticado y dejar sus vulnerabilidades al descubierto en una especie de orzuelo de soberbia.


 La segunda —con la que me quedo personalmente— implica una aceptación constructiva de la crítica, consecuencia de la aplicación a la cotidianidad del "Nunca te acostarás sin saber una cosa más", algo que viene muy bien a la hora de disponernos a entrar en la fase REM porque nos reconforta con la sensación de haber avanzado un peldaño más en la escalera de evolución personal. Pero, sin duda, mi refrán favorito es "Rectificar es de sabios", muy utilizado por mi madre, y, antes de ella, por el señor Pope junto al "Perdonar es divino" y el "Errar es humano". En el contexto de esta frase compuesta por tres afirmaciones, la primera se cumple cuando se lleva a cabo a tiempo de evitar un perjuicio irreversible. Así, sí: el humano puede errar, rectificar y convertirse en sabio, y, encima, ganarse el perdón divino, independientemente de que su ojo sea el de la paja o la viga, el ajeno o el propio.

     En este apartado del blog, me gustaría ir comentando algunas curiosidades respecto a los malos usos de nuestra lengua. La paja o la viga  —dependiendo del tamaño de la falta —, como se trata de  mi propia visión, la colocaría en los ojos ajenos de quienes considero máximos responsables de su difusión: los medios de comunicación.

  Es de condición humana sucumbir a la utilización de modelos en cualquier categoría de la vida. Al hacerlo, partimos de la base de que son correctos. En el caso concreto de la lengua, damos por hecho que una persona que tiene la responsabilidad de escribir o de hablar para un público sabe lo que hace. No se nos ocurre cuestionarla, y, al final, el hábito diario acaba fijando errores en nuestra forma de expresarnos, difíciles de corregir. En algún modo, los responsables de estos descuidos se convierten en nuestros "antiprofesores" particulares del idioma.

  Pero cuando digo los medios de comunicación, no me refiero solo a la prensa, la radio o la televisión, sino a todo el entramado de redes sociales que nos facilitan y agilizan el acceso al intercambio de conocimientos y de información. Porque todos ellos siempre tienen abierta la puerta de nuestra casa. Entran y salen de ella a su antojo, nos acompañan cuando vamos a tomar un café. Muchas veces traen de la mano a algún político, abogado o personaje de actualidad que tampoco vacila en practicarse descaradamente y ante la presencia del respetable público el hara kiri lingüístico. Hasta que  a algunos a los que el chirrido en la cabeza nos pone en modo alerta, nos da por avisar a quienes se toman este acoso y derribo de la lengua como algo banal, e incluso defienden a quienes cometen estos atropellos de forma constante con la excusa de "son las cosas que tiene el directo". Pamplinas. Vamos a ver: si uno presta atención a su aspecto externo a la hora de presentarse en público, ¿por qué no se toma la misma molestia con su manera de expresarse? Los nervios pueden hacerle a uno tartamudear, tener un tic en un ojo, quedarse en blanco... pero no olvidarse de cuándo una expresión es redundante, atinar con el uso adecuado de los pronombres, colocar verbos con las preposiciones que les corresponden, y muchos etcéteras... a no ser que su competencia lingüística no sea la adecuada.

  Con estas reflexiones, os dejo por ahora, y con la intención de ir configurando poco a poco mi  lista de "cosas" lingüísticamente peculiares, para que vayáis aportando vuestras ideas y comentarios.




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